Zarangollo: el revuelto de calabacín típico de Murcia
¿Quieres adentrarte en la gastronomía murciana? ¿Y qué te parecería una recetica sencilla, saludable y con pocos ingredientes? Pues te traemos un plato directamente desde la huerta del Segura: ¡el zarangollo! Y te aseguramos que su sabor no te dejará indiferente, como tampoco lo hará su llamativo nombre proveniente del panocho (el dialecto del murciano hablado antiguamente en la Huerta de Murcia y comarcas limítrofes).
Es básicamente un revuelto de huevo, calabacín y cebolla. ¡Así de simple! Pero, sin duda, una de las claves del zarangollo está en usar ingredientes de primerísima calidad y, si es posible, con calabacines y cebollas recién recogidos de la huerta. Y el otro elemento esencial es una "miaja" (palabra del panocho también) de paciencia para que las verduras se hagan a fuego lento y el zarangollo consiga así su increíble sabor. ¡Relájate y disfruta del auténtico aroma de la huerta mientras se cocina!
El zarangollo forma parte del patrimonio de la huerta murciana (¡y con razón!). Es ideal como entrante o aperitivo acompañado de unas rebanadas de pan tostado. Aunque también es perfecto para una cena ligera o incluso como guarnición de carnes y pescados. ¡Murcia, qué hermosa eres!
Ingredientes
- Calabacín
3 unidades (1 kg), de tamaño mediano - Cebolla dulce
2 unidades, cortadas en juliana, se puede sustituir por 3 cebolletas sin la parte verde - Huevo
4 unidades - Aceite de oliva virgen extra
5 cucharadas (75 ml) - Sal
1.5 cucharaditas (7.5 ml) - Pimienta negraOpcional
0.5 pizcas (0.5 ml), recién molida con el molinillo
Preparación
- Pela los calabacines. Córtalos longitudinalmente (a lo largo) por la mitad y después en medias lunas.
- Calienta el aceite de oliva en una sartén a fuego medio-alto.
- Cuando el aceite esté bien caliente, añade el calabacín, la cebolla, la sal y la pimienta. Remueve de vez en cuando y cocina durante unos 10 minutos para que las verduras vayan soltando el agua y reduzcan su volumen.
- Baja el fuego. Cocina a fuego lento, removiendo de vez en cuando, durante unos 45 minutos hasta que las verduras queden muy tiernas y no quede nada de líquido. ¡La clave de esta receta está en tener paciencia!
- Por último, casca los huevos directamente sobre la sartén y remueve suavemente con una espátula para integrarlos con las verduras y que se cuajen poco a poco. Intenta que los huevos no se cuajen del todo, sino que se queden un poco melosos.
- Aparta la sartén del fuego y deja reposar durante unos 5 minutos. ¡Y ya está listo! Sirve el zarangollo inmediatamente para que no se enfríe. Puedes acompañarlo con unas rebanadas de pan tostado.
- Una vez se haya enfriado del todo, guarda el zarangollo que te sobre en un recipiente hermético en la nevera y aguantará perfectamente unos 4-5 días.